PREFACIO
Con la precisión de una plomada, el fanal suspendido del techo medía ocn sus oscilaciones la dimensión de los bandazos que daba el Virginia, bajo un oleaje cada vez más intenso. El capitán Pieter Van Deyssel se sobló sobre su tripa para dejar el juego de tarot ante Robinson:
-Cortad y volved a la primera carta- le dijo. Luego se derrumbó oómodamente en su sillón y aspiró una bocanada de su pipa de porcelana.
-Es el demiurgo -comentó-. Uno de los tresa arcanos mayores fundamentales. Representa un juglar ante una mesa cubierta de extraños objetos. Eso significa que hay en vos un organizador. Un organizador qu elucha contra un universo desordenado y que se esfuerza por dominar con resursos improvisados. parece que puede conseguirlo, peor no olvidemos que ese demiurgo es también bufón: su obra es ilusión, su orden ilusorio. Desgraciadamente, lo ignora; el escepticismo no es su fuerte.
Un choque sordo sacudió al navío al tiempo que el fanal formaba un ángulo de 45 grados en el techo. Una repentina orzada había situado al Virginia prácticamente a la cuadra, y una ola acababa de derrumbarse sobre el puente con un ruido similar al estampido de un cañonazo. Robinson dio la vuelta
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