LA MUERTE Y LA DONCELLA
Cementerio Monumental de Staglieno, Génova, Italia, 1997
N o sé por qué la ciudad de Génova estaba en el itinerario. Eran
los años noventa, mi madre tenía el dinero para su primer viaje a Europa y me
invitó. Exigí algunos destinos, pero Génova no estaba en mi lista. Mi paso
obligado en Italia era Bomarzo: necesitaba ver el Parque de los Monstruos que
Mujica Láinez había usado para escribir su novela. Y pude verlo y entrar en la gran boca
del orco y traerle una piedra a mi mejor amigo. Venecia también era obligatoria,
sobre todo por Lord Byron, para caminar por donde había caminado él, por los
versos “I stood in Venice, on the Bridge of Sighs, 1 A palace and a prison on
each hand» (“Me paré en Venecia, sobre el Puente de los Suspiros, / un palacio
y una prisión a cada lado”), de “Childe Harold»; por Tadzio y la peste y los
callejones inundados.
El cementerio de Staglieno no estaba entre las paradas obsesivas
que había planeado. Sabía, sí, que existía. Sabía que una de sus espectaculares
tumbas había sido la tapa del disco Closer y otra la del single Love Will Tear
Us Apart, ambos de Joy Division, pero nunca me gustó Joy Division y las tumbas en las tapas eran
hermosas, pero no las imaginaba necesarias para mi peregrinaje.
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