Pretenciosidad, Dan Fox, p. 135-136
Es posible que pensaras que la
película era pretenciosa porque estaba filmada en un «artístico» blanco y negro
y en una lengua distinta de la tuya, y tú no te consideras el tipo de persona que
va a ver cine internacional, porque eso sólo lo hace la gente pretenciosa. ¿Qué es lo que intentan ser
todos esos pretenciosos? ¿Suecos? ¿franceses? ¿Brasileños? ¿Estadounidenses? ¿y
qué si son suecos, franceses, brasileños o estadounidenses?¿Qué tendrá de malo
sentir curiosidad por cómo ven la vida
otras personas del planeta? Ante todo, ¿ y si te dieras un respiro y sólo de
vez en cuando fueras la clase de persona que va a ver películas artísticas
realizadas en otras partes del mundo? ¿Qué podría pasarte si contemplaras la
idea de que puedes ir a ver la película artística en blanco y negro sin
renunciar a la bacanales de explosiones de las pelis de superhéroes, que ambas experiencias
son valiosas? Tener miedo a que te tachen de pretencioso es lo mismo que
obligarte a no sentir ninguna curiosidad por el mundo.
Se considera que la pretensión
carece de solidez. Un teatrillo de cartulina que saldrá volando a la mínima que
se levante viento. Tenemos esa idea porque, como observó Warhol, «en algunos
círculos en los que gente muy pesada piensa que tiene la cabeza muy pesada,
palabras como "encantadora", "inteligente"
y"bonita" son menospreciadas; todo lo frívolo de la vida. que es lo
más importante, es menospreciado». Lo que nos cuesta aceptar es que la cultura
no tendría color si no fuera por la pretensión. Sería como el beis sin vida de
las tiendas Gap. Las puertas de la imaginación quedarían cerradas a cal y canto
por temor a encontrar tras ellas algo que quebrantase el consenso sobre lo que
es un acto creativo aceptable, qué es un bar aceptable al que ir a tomar una copa, qué son
unos zapatos aceptables para ir a trabajar.
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