Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 378. LOS PERROS NEGROS / IAN MCEWAN

PREFACIO

Desde que perdí a mis padres en un accidente de carretera cuando tenía ocho años, he tenido los ojos puestos en los de otras personas. Esto fue particularmente cierto durante mi  Adolescencia, cuando muchos amigos míos se desprendían de su familia y yo me las arreglaba bastante bien solo y con sustitutos. En nuestro barrio no faltaban padres y madres ligeramente desalentados que se mostraban encantados de tener cerca por lo menos a un joven de  diecisiete años  que supiese apreciar sus bromas. sus consejos, sus guisos e incluso su dinero. Al mismo tiempo, yo era también una especie de padre. Mi hogar en aquella época era el formado por el reciente matrimonio, ya en proceso de desintegración, de mi hermana Jean   con un hombre llamado Harper. Mi protegida y amiga intima en este desdichado hogar era mi sobrina de tres años, Sally, la única hija de Jean. Las broncas y las reconciliaciones que sacudian el gran piso -Jean había heredado la mitad de los bienes; mi mitad estaba en  fideicomiso- tendían a marginar a Sally. 

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