De Las tabillas de boj de Apronenia Avitia, p.19
En 396, nada. Es la división del
imperio. Espurio Posidio Barca asistía a la Curia cuando el viudo Pammaquio hizo
su célebre entrada y tornó asiento entre sus colegas, durante las sesiones del
senado, vistiendo un sayal de monje. Sin duda el primero compartió el silencio,
el estupor con que fue recibido el segundo. Apronenia Avitia, en la carta
Quotiens tua sumo conloquia ... , escribe
con vividez la muda conmoción, la estupefacción, el alelamiento al que se
abandonan al principio los senadores reunidos, el rumor y poco a poco el
desentumecimiento de esos cuerpos, la creciente marea de voces, la desesperación
o la sincera angustia que se apodera de algunos ante el atuendo provocador y
sombrío entre las togas de lino blanco con la banda púrpura que indica la dignidad
senatorial. El senador P. Saufeyo Menor se levantó, rogó silencio y dijo, sin
levantar la voz por mucho énfasis que pusiera en sus palabras, que esas ropas, entre
los muros de la Curia, eran peores que un huno en la frontera.
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