A la juventud de Japon, de
WFaulkner en Ensayos & Discursos, p.210-211
Me gustaría pensar que también
hubo alguien en aquella época que les hablase claramente acerca de que poca
experiencia y conocimiento debían haber añadido unos pocos años más a lo que tenían, que les asegurase de nuevo que
el hombre es duro, que nada, nada -la guerra, la aflicción, la falta de
esperanza, la desesperación- puede durar tanto como puede durar el hombre; que
el propio hombre prevalecerá sobre todas sus angustias, con tal de que haga el
esfuerzo; que haga el esfuerzo de creer en el hombre y en la esperanza -que no
busque una mera muleta en la que
apoyarse, sino con la que erguirse sobre su propio pie al creer en la esperanza
y en su propia dureza y resistencia-.
Porque la esperanza del hombre se
da cuando el hombre es lIbre, La base de la verdad universal acerca de la que
habla el escritor es la condición de ser libre en la cual esperar y creer,
puesto que sólo en libertad puede existir la esperanza -la libertad y el ser
libre no han sido dados al hombre como un don gratuito sino como un derecho y
una responsabilidad que ganarse si se lo merece, si es digno de ello, si está
dispuesto a trabajar por ello mediante el coraje y el sacrificio, y después a
defenderlo siempre-
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