Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

DERMOGRAFISMO

De Todo cuanto amé, de Siri Hustvedt, p. 97
—Magia —dijo—. Magia de verdad.
Extendió el brazo para que lo examináramos y frotó con los dedos la rizada silueta de las letras, y yo, al escrutar las palabras escritas sobre aquella piel arrebolada, sentí acortarse la distancia que me separaba de los médicos de la Salpétrire. La medicina había otorgado su permiso para la consecución de una fantasía que los hombres jamás han abandonado: una versión desorientada de ese híbrido entre mujer real y objeto hermoso que tanto anhelara Pigmalión. Violet sonreía. Dejó caer el brazo y yo pensé en el Pigmalión de Ovidio y le imaginé besando, abrazando y ataviando a la muchacha que había tallado en marfil. Cuando su sueño se hace realidad, Pigmalión acaricia la nueva y cálida piel de la joven y sus dedos dejan en ella su impronta. El nombre inscrito en el brazo de Violet aún era visible mientras ella permanecía sentada en el suelo con las piernas cruzadas y las manos apoyadas en el regazo. Las mujeres hipnotizadas habían obedecido todas las órdenes que recibían: inclínate, arrodíllate, levanta el brazo, arrástrate... Habían dejado resbalar sus blusas por encima de sus hombros y habían vuelto la espalda desnuda a la varita mágica del facultativo, Bastaba con un simple toque para que las palabras de su mente se tornaran en palabras inscritas en la carne. En sueños de omnipotencia. Todos los concebimos, pero por lo general sólo existen en los cuentos, en las ensimismaciones y en otros territorios en los que se les permite deambular a su antojo. Pensé en una de las minúsculas pinturas que acababa de ver y que ahora yacía oculta tras una puerta cerrada: el joven oprime el extremo de su pluma contra la mórbida nalga de la mujer reclinada. Al verlo por primera vez me había resultado cómico, pero el recuerdo de la escena despertó en mí una sensación cálida que interrumpió finalmente la voz de Bili:
—Y bien, Leo? —dijo—. ¿Qué dirías tú de todo esto?

1 comentario:

Randle dijo...

He entrado aquí porque un mosquito se ha posado en la pantalla de mi teléfono...lo siento. Echaré un vistazo. [el mosquito ha muerto, lo he chafado]

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