Dicen que cuando aún estamos en el cristal de la placenta vemos toda nuestra vida pasar en fragmentos desordenados y rotos, aúmulo que olvidamos en el instante de nacer. Después, vivimos reordenándolos sin darnos cuenta. es ese el caos de secuencias que volvemos a ver momentos antes de la muerte; y entonces sentimos el inevitable placer del retorno al vientre.
AFM
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