Las palabras justas, Milena Busquets, p. 46
8 de julio
Un hombre inteligente no es nunca
feo, si nos parece feo, es que no es inteligente.
La inteligencia siempre es
elegante, si no es que no es inteligencia.
10 de julio
La buena educación no es más que
una mayor tolerancia al aburrimiento y a las bobadas ajenas.
El objetivo debería ser intentar
no hablar o hablar lo menos posible con las personas que antes de abrir la boca
ya sabemos lo que nos van a decir.
12 de julio
La elegancia no tiene ni mucho
mérito ni mucha importancia. Solo depende de la estructura ósea de cada uno y
del buen gusto a la hora de escoger la ropa.
Para saber si alguien es de veras
elegante, basta imaginárselo con diez kilos de más.
A las personas más elegantes que
he conocido les importaba un pito la ropa.
Y tal vez la elegancia también
sea una mezcla de bondad, de inteligencia y de generosidad. Alguien que no sea generoso
( de veras generoso, los que en el cómputo final siempre salen perdiendo, los
que nunca calculan nada, los que siempre dan más de lo que reciben) no puede
ser elegante, le faltará siempre una cierta soltura y fluidez vital.
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