EL ÁRBOL DE LA VIDA
Los antiguos egipcios
representaban en sus templos y tumbas el árbol de la vida, que tenía una gran importancia
en su mitología. Es un árbol vigoroso y está lleno de hojas acorazonadas, pero
no se distingue en él un tronco principal que llegue hasta arriba del todo,
como si fuera su eje central, sino que la copa está formada por muchas ramas de
parecido grosor que se separan desde muy abajo. Es un árbol sin guía. Dicen los
expertos que se trata de un sicomoro, un tipo de higuera ( “nehet” en egipcio) que
se asocia con tres diosas: Nut, Hathor e Isis. El árbol de la vida es una
planta femenina.
Darwin también se refirió al
árbol de la vida (tree of life) para simbolizar la evolución en El origen de
las especies. Jamás lo representó en forma de ilustración, salvo en un pequeño
esquema que dibujó para sí mismo en 1837 en su cuaderno de notas. Pero sabemos
por sus palabras que el árbol de la evolución tampoco tenía una guía, sino que
se abría en una ancha y frondosa copa, como el nehet de los antiguos egipcios.
En la imagen del árbol de la vida
que tenía en su mente Darwin hay también mucha muerte. Un gran número de hojas
secas yacen en el suelo, bajo la verde copa.
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