De La lección de anatomía de Philip Roth, p.358 (Galaxia)
-¿Tú de qué vas? -preguntó ella-.
Ya no hay padres. Se acabaron los padres. Mira, con el estudiante de Derecho he
intentado llevarme bien. Pensé que me ayudaría a concentrarme en este estúpido
colegio. El hombre estudia, corre por las mañanas, no se pasa con las drogas y
sólo tiene veintitrés años. Que para mí es muy joven. He hecho un esfuerzo
grande con él y con sus cuelgues, me cago en la leche, y ahora, ahora resulta
que no quiere, para nada. No sé qué le pasa al chico. Lo miro de reojo y se me
convierte en un bebé. Será miedo, digo yo. Los sanos te aburren a muerte, y los
que te fascinan al final siempre resulta que están como cabras. ¿Sabes lo que me he visto empujada a
hacer? ¿Sabes de qué estoy a punto? De casarme. Casarme y que me destruyan, y
decirle al contratista de la casa: «La piscina me la pone usted aquí.»
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