Un hombre enamorado, KO Knausgard, p 504
-Bueno. Eres una persona
profundamente ética, hay una estructura básica ética en el tondo de tu esencia
que es irreducible. Reaccionas físicamente a lo impropio, esa vergüenza que te sobreviene
no es abstracta ni conceptual, sino puramente física, y no te puedes escapar.
No eres exactamente un jugador. Pero tampoco un moralista. Sabes que yo tengo
una preferencia por el victorianismo, su sistema en el que todo lo que ocurre
en el escenario es visible y todo lo que ocurre detrás está oculto. No creo que
una vida así te haga más feliz, pero es más vida. Tú eres protestante hasta la
médula. El protestantismo es lo interior, es estar unido con uno mismo. Tú no
puedes vivir una doble vida, aunque quisieras es algo que no puedes hacer. En ti,
vida equivale a moralidad. De modo que eres éticamente intachable. La gran
mayoría de la gente es como Peer Gym, hace un poco de trampa en el camino de la
vida. Tú no. Todo lo que haces lo haces con gran seriedad y conciencia. ¿Alguna
vez te has saltado una sola línea de los manuscritos que te mandan para que
hagas informes? ¿Alguna vez no los has leído desde la primera hasta la última
página?
-No.
-No, y eso significa algo. Tú no
sabes hacer trampas. No sabes. Eres un archiprotestante. Y, como te he dicho,
eres un contable de la felicidad. Si logras un éxito por el que otros hubiesen matado,
simplemente haces una cruz en la agenda. No hay nada que te alegre. Cuando estás
unido contigo mismo, lo que ocurre casi
todo el tiempo, estás mucho más controlado que yo. Y sabes cómo trabajo yo con
todos mis sistemas. Tienes tus espacios en blanco en los que puedes perder el
control, pero cuando no estás en ellos, y ya casi nunca estás, eres
completamente despiadado en tu moral. Estás expuesto a tentaciones mucho más
que yo y otros no famosos. Si hubieras sido yo, habrías Ilevado una doble vida.
Pero tú no puedes. Estás condenado a vivir sencillamente. ¡]a, ja, ja! No eres
Peer Gynt, y creo que ése es el núcleo de tu ser. Tu ideal es lo inocente, la
inocencia. ¿Y qué es la inocencia? Yo me encuentro completamente al otro extremo. Baudelaire
escribe sobre ello, sobre Virginia, ¿te acuerdas?, la imagen de la inocencia
pura, que es enfrentada a la caricatura, y oye una risa grosera y entiende que
ha sucedido algo vergonzoso, pero no sabe de qué se trata. ¡No lo sabe! Se
envuelve en sus alas. Y entonces estamos de vuelta ante el cuadro de Caravaggio,
¿sabes?, Los jugadores, el que es engañado por todos los demás. Ése eres tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario