Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 536. PUREZA / JONATHAN FRANZEN

LUNES
-Ay, preciosa, cuánto me alegro de oír tu voz -dijo la madre de la chica por teléfono-. Me está traicionando el cuerpo otra vez. A veces creo que mi vida no es más que un largo proceso de traiciones del cuerpo.
-Como todas las vidas, ¿no? -dijo Pip.
Había adoptado la costumbre de llamar a su madre desde Renewable Solutions durante la pausa de la comida. Esto mitigaba en parte su sensación de no valer para ese trabajo, de tener  un trabajo para el que nadie podía valer, o de ser una persona que en realidad no valía para ningún trabajo; y además, al cabo de veinte minutos, podía decir con sinceridad que tenía que seguir trabajando.
-Se me cierra el párpado del ojo izquierdo -explicó sumadre-. Es como si tuviera un peso que tirase hacia abajo, como uno de esos plomos diminutos que usan los pescadores, o algo parecido.
-¿Ahora mismo?
-A ratos. No sé si será parálisis de Bell.
-Sea lo que sea la parálisis de Bell, estoy segura de que no la tienes.
-¿Y cómo puedes estar tan segura, preciosa? Si ni siquiera sabes qué es.

-No sé ... Quizá porque tampoco tenías la enfermedad de Graves. Ni hipertiroidismo. Ni melanoma.

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