De En cuerpo y en lo otro de
DFWallace, p.120
El hecho de que la Kate de
Markson pierda repentinamente interés por las carreteras en cuanto las ha
encontrado y en los hechos en cuanto los ha «asimilado»" resulta tan endeble,
imperfecto y real como, por ejemplo, la prisa que le entra a Stendhal por
ponerle fin a La Cartuja de Farola en
cuanto Fabrizio se tira a Celia ... y el hecho de que, finalmente, Kate solo
valore lo que no se dice, lo que no se lee –quemando páginas a medida que las
lee, deshaciéndose de la familia en
cuanto cobra “responsabilidad” de ella; probablemente incluso alimentando su
epístola con el conocimiento condenado/ delicioso de que no se dirige a ninguna
parte- evoca a la perfección, una vez más, el terrible y conmovedor precepto final
del Tractatus de su maestro. Una traducción aproximada de esto sería:
«Cualquiera que entienda lo que estoy haciendo no tardará en reconocer que es
un absurdo, en cuanto haya usado lo que estoy diciendo -como si fueran
peldaños- para subir más arriba de lo que estoy diciendo; es decir, que deberá tirar
la escalera después de usarla». Este pasaje, igual que la mayor parte de W,
solo trata de forma indirecta de lo que trata realmente. Es un pasaje que
susurra y juega. En realidad, trata de
la plenitud del vacío, de la importancia del silencio
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