Que soy algo que ha de explicarse, dice W. Que tiene que dar cuenta de mí a todo el mundo. ¿Por qué? Que yo no siento la necesidad de hablar de mí mismo, dice W., esa es la razón. Que no tengo un verdadero sentido de la vergüenza. Debe de ser algo relacionado con mi hinduismo, reflexiona W. "Eres un individuo de la antigüedad, aunque de los inocentes, inmune a la vergüenza», dice W. Por otro lado, podría deberse simplemente a mi estupidez. Yo soy más libre que él, reconoce W., pero más estúpido. Se trata de un tipo inocente de estupidez, pero estupidez a pesar de todo.
Ese ha sido mi gran papel en su vida, dice W., ayudarle a escapar de la mesa de honor. Ahora se encuentra entre las mesas inferiores, dice, en el nivel de los chimpancés. W. se acuerda de cuando yo era alguien prometedor, me dice. Recuerda las preguntas que solía hacer, y cómo resonaban éstas bajo los techos abovedados. "Parecías tan inteligente entonces», dice. Yo me encojo de hombros. "Pero cuando cualquiera de nosotros leía tu trabajo ... », dice, sin terminar la frase.
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