La vida cerrada del político típico es muy parecida a la vida de una casta militar o de la mafia o de los grupos de bandidos de Kurosawa. Uno inicia su carrera desde abajo, haciendo recados y espiando; cuando ha demostrado su lealtad, obediencia y disposición a soportar humillaciones rituales, se le permite la integración en la banda; a partir de ahí su primer deber es convertirse en el líder de la banda.
Diario de un mal año, de Coetzee, p. 138
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