Íbamos en manga corta el día que nos conocimos. Aún no estaba mal visto que las chicas jóvenes enseñáramos los brazos en ese barrio en la periferia de la periferia de Barcelona, pero que podría ser la periferia de la periferia de cualquier otra ciudad. Ya no hay rayos de sol que rocen la piel de las chicas, el fino vello de los brazos ya no se aclara en verano ni sal pica el agua sus espaldas desnudas. Y no es porque se haya instalado sobre nuestras cabezas un nubarrón permanente, sino porque el oscurantismo ha penetrado en las mentes de los vecinos sin encontrar resistencia. Muchas de las jóvenes tapadas que ahora verías en nuestro barrio (son mucho más numerosas que cuando tu familia se mudó allí) dicen que renuncian al sol y a la brisa, al agua del mar y las piscinas, al amor y al sexo libres por convencimiento y voluntad propia. Discuto a veces con ellas cuando visito a mi madre -ella sigue viviendo allí-, pero lo hago como si mi yo de ahora hablara con mi yo de entonces, de unos diecisiete años. Nosotras también lo hicimos, ya lo sabes, renunciamos expresamente a ciertas cosas, y también creímos hacerlo voluntariamente.
Te quiero más que a la salvación de mi alma

Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel
INCIPIT 1.533. EL LUNES NOS QUERRAN / NAJAT EL HACHMI
Íbamos en manga corta el día que nos conocimos. Aún no estaba mal visto que las chicas jóvenes enseñáramos los brazos en ese barrio en la periferia de la periferia de Barcelona, pero que podría ser la periferia de la periferia de cualquier otra ciudad. Ya no hay rayos de sol que rocen la piel de las chicas, el fino vello de los brazos ya no se aclara en verano ni sal pica el agua sus espaldas desnudas. Y no es porque se haya instalado sobre nuestras cabezas un nubarrón permanente, sino porque el oscurantismo ha penetrado en las mentes de los vecinos sin encontrar resistencia. Muchas de las jóvenes tapadas que ahora verías en nuestro barrio (son mucho más numerosas que cuando tu familia se mudó allí) dicen que renuncian al sol y a la brisa, al agua del mar y las piscinas, al amor y al sexo libres por convencimiento y voluntad propia. Discuto a veces con ellas cuando visito a mi madre -ella sigue viviendo allí-, pero lo hago como si mi yo de ahora hablara con mi yo de entonces, de unos diecisiete años. Nosotras también lo hicimos, ya lo sabes, renunciamos expresamente a ciertas cosas, y también creímos hacerlo voluntariamente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
WIKIPEDIA
Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia
No hay comentarios:
Publicar un comentario