Contra la España vacía, Sergio del Molino, p. 212
Ferrol es una de las Vetustas más
castigadas de España. Sede de los astilleros militares más importantes y base
naval desde el siglo XVIII, la ciudad ha vivido ligada al ejército y a las
factorías que jalonaban la ría. Se han hecho muchos barcos en Ferrol, y en el
siglo XX se llenó de emigrantes rurales que llegaban de todas las provincias de
España. Hasta que se acabó la industria, o la cerraron por decisión europea, y
Ferrol se sumió en la decadencia triste de las fábricas vacías. El comercio del
centro de la ciudad fu cerrando conforme
los antiguos obreros se marchaban o se amodorraban en sus casas para no
derrochar sus pensiones. Las calles de edificios modernistas donde jugó de niño
el escritor Torrente Ballester se entristecieron de abandono, y los poderes
públicos se afanaron -casi siempre sin resultados- en buscar un remedio, otra
forma de vivir.
Hace unos años, en el barrio de
Canido, en lo alto de Ferrol, apareció un mural que atribuyeron a Banksy, el
Marcel Duchamp del graflti. Una compañía cervecera y un artista local habían
lanzado un reto en el Reino Unido mediante una campaña publicitaria, pidiéndole
que pintase algo. Canido era la sede de un festival de arte urbano que atraía a
grandes figuras, y su promotor pensó que llamar la atención de Banksy podía poner
Ferrol en el mapa, como se suele decir. Un muro encalado que habían reservado
para el artista amaneció con una pintura que representaba a dos guardias
civiles con tricornio dándose un beso de amor apasionado. Empezó entonces una discusión
acerca de la autenticidad de la obra. ¿Estuvo Banksy en Canido?
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