Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 394. LAS TRAGEDIAS GROTESCAS / PIO BAROJA

PAISAJES DE OTOÑO
El otoño fue dulce,  templado, de una temperatura suave. Era una verdadera delicia sentarse en los bancos del Luxemburgo durante aquellos días tibios. El sol pálido iluminaba los macizos de geranios, dalias, crisantemos y margaritas.
Algunos días, lluvias ligeras refrescaban el follaje y avivaban el color de las flores: Los árboles amarilleaban lentamente; el aire fresco murmuraba entre las ramas y robaba al pasar alguna hoja grande y cobriza, hoja alegre y juguetona al correr por la avenida enarenada ; triste y mustia luego, aplastada sobre el tronco de un árbol o caída en e] agua inmóvil de un estanque.
Don Fausto Bengoa llevaba en su nueva casa una vida cómoda y tranquila, propia de un filósofo. El paseo, la conversación amena, el recogimiento del hogar. Nada le faltaba.

Había enviado definitivamente a Madrid a Mudarra; sabía que la calle Plumet, tan buscada por él, tan importante en Los miserables

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