Palabras del Egeo, Pedro Olalla, p. 185
También con frecuencia, el lecho
de las letras fueron tablillas de pino marítimo llamadas pefkes : tablillas de
la misma madera que, para hacer barcos, bajaba de los montes al mar. ¿Recuerdas
la tragedia de Hipólito y Fedra? Fedra, desesperada porque su hijastro Hipólito
no cede a la pasión amorosa que ha inspirado en ella la diosa Afrodita, decide suicidarse; pero, antes, en
venganza, escribe sobre una tablilla de pino una carta que inculpa falsamente a
Hipólito de haber intentado violarla; Teseo, indignado, maldice entonces a su
hijo ante Poseidón, y el dios hace que muera arrastrado por sus propios
caballos. Y así, cuando un honrado mensajero lleva a Teseo la triste noticia de
la muerte de Hipólito, le dice textualmente: «No llegaría a convencerme de que
tu hijo ha obrado mal / ni aunque se colgara toda la estirpe de las mujeres /
ni aunque todos los pinos del Ida se llenaran de letras».''
Llenas de referencias a las
letras, pues, están las obras literarias que recrean el tiempo de los héroes
antiguos; alguien dirá que son meras licencias poéticas, pero yo dudo mucho que
sus sabios autores cayeran reiteradamente en el anacronismo. Sin ir más lejos,
el famoso caballo de Troya llevaba grabada, en su madera, la inscripción: «Los
helenos, a Atenea, en agradecimiento por su regreso a casa».
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