De Cartas de Italia, de Joseph Pla, p.30-31
En cuanto a la cebolla, hemos de admitir, puestos a ser francos, que la usan con mucha mayor prodigalidad que nosotros. Heine opinaba que esta superabundancia de cebolla pudiera ser la clave del sentimentalismo italiano. La cebolla activa ciertos sentimientos elevados y hace llorar. Muy bien, de acuerdo. Por tanto, no creo que la cebolla nos separe. Gimotear un poco, tres o cuatro veces al año, presumo que no sienta mal a nadie.
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