Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 1.566, CON TRES DEDOS SE ESCRIBE, PERO DUELE TODO EL CUERPO / HECTOR ABAD FACIOLINCE


Para alguien que, al menos en la escritura, actúa muchas veces sin darse muy bien cuenta de lo que hace, fue una extraña sorpresa, hace más de treinta años, que uno de mis amigos más antiguos, Mario Jursich, me hiciera notar que yo siempre escribía dos libros a la vez. Desde que Mario editó mi primera novela, Asuntos de un hidalgo disoluto, hasta la última, Salvo mi corazón, todo está bien, que se publicó en 2022, siempre me enfrasco en dos libros al mismo tiempo. Asuntos era una novela asexuada, pero a su lado escribí una novela erótica, En la punta de la lengua, que se interrumpió de repente y fue a dar al sarcófago de mis fracasos. Angosta y El olvido que seremos, los dos libros que me salieron principios de siglo, cuentan la historia de mi padre de dos maneras disímiles: Angosta mediante la ficción, y El olvido, por raro que parezca, mediante la memoria. Salvo mi corazón, una novela apolítica, se escribió al mismo tiempo que una novela política, Los espectadores, que se disolvió en los malos aires de la pandemia.

Como si fuera fácil escribir un libro, me meto en dos, aunque suelan tener algo en común, pero escrito en diferente género o en un registro distinto. Una comedia y una tragedia, por ejemplo, o una historia casta y otra erótica, un libro en tono adusto, serio, y otro en tono de farsa, ligero, cómico. A medida que avanzo en mi trabajo, uno de los dos libros se impone y el otro se esfuma. Para mí esto es muy difícil de analizar pues ocurre a ciegas dentro de una parte oscura de mi mente, si bien sospecho que me resulta útil para sobrellevar la autocrítica. Cuando me siento idiota en un libro, me dedico al otro, en el que me siento también idiota, pero de una manera diversa, incluso opuesta. No sé si me explico, y si no me explico no importa; yo tampoco me entiendo. Es algo que sucede, simplemente.


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