Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 1.571. EXPERIENCIA MARTIN AMIS

 


—Papá...

Era mi hijo mayor, Louis, que entonces tenía once años.

Mi padre habría dicho: «Siiiií?», con una suerte de bajada en picado del tono, indicando una ligera pero invariable irritación. Una vez le pregunté por qué reaccionaba así, y él dijo:

—Bueno, estoy contigo, ¿no?

Para él, el interludio entre «Papá» y «¿Sí?» era una clara redundancia, porque estábamos juntos en la misma habitación y se suponía que teníamos algún tipo de conversación, por desganada (y poco estimulante, desde su punto de vista) que fuera. Yo le entendía lo que me decía, pero al cabo de unos minutos me sorprendía a mí mismo diciendo:

—Papá...

Y hacía acopio de toda mi presencia de ánimo para escucharle un «¿Sí?» especialmente vehemente. No perdí este hábito hasta la adolescencia. Los niños necesitan cierto compás de espera que les asegure la atención de aquellos con quienes hablan mientras su pensamiento va tomando forma.

No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia