Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

DIARIOS DE OTRO

De El mal de Montano de E. Vila-Matas, p. 223
EL DlARIO DE MONSIEUR TONGOY
Si el monsieur llevara un diario, éste sería para mí de máximo interés, porque sin duda ahí apareceríamos muchas veces Rosa y yo. Si él llevara un diario, no vacilaría ni un instante en robárselo por unas horas, sin que se diera cuenta, y leer los pensamientos que él habría depositado ahí en esas páginas, a buen seguro fascinantes, porque tengo muy claro que Monsieur Tongoy es un agudo observador y un pensador notable. Es también, quizá no lo han imaginado, el hombre más feo del mundo. Lo que oyen. Ahora bien, serlo no es para él un problema, nunca lo ha sido, él piensa que su inteligencia le embellece. Aunque no quiero engañarles a ustedes: es horrible, es el hombre más monstruoso, más feo del mundo.
Al monsieur le gustaría pensar como Valéry y continuar la obra de Musil, por eso a veces se le ve andando perdido por las calles, buscando a Musil. No can perdido anda cuando enfila los pasillos del Gran Hotel de Kakania, donde ahora no creo que enfile nada, más bien está durmiendo la borrachera de ayer, aunque quién sabe, tal vez está ya recuperado y se dirige hacia aquí o bien está iniciando un diario personal. Si ha empezado a escribirlo, no tardaré en robárselo. Aunque, si lo pienso bien, es absurdo. Para qué robarle el diario si puedo  imaginar lo que escribe ahí: “Rosa le gusta Rosario, porque el pobre hombre se parece a un Drácula menor. Lo lógico sería que le atrajera yo, que soy el más clásico de los Dráculas, por mucho que no me guste que me relacionen con vampiro alguno.” En fin, señoras y señores, distinguido público húngaro, creo que todo el mundo debería llevar el diario de otro. Es un ejercicio enormemente sano.

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