A Luc Ladmiral le habla
despertado el lunes, poco después de las 4 de la mañana, una llamada de Cottin,
el farmacéutico de Prévessin. Habla un incendio en casa de los Romand y estarla
bien que los amigos fuesen a salvar los muebles que pudiesen. Cuando Luc llegó,
los bomberos evacuaban los cadáveres. Se acordará toda su vida de los sacos de
plástico gris, precintados. en los que hablan metido a los niños: horripilaba
verlos. A Florence la hablan tapado solamente ron un abrigo. Su rostro,
ennegrecido por el humo, estaba intacto. Al alisar sus cabellos, en un gesto de adiós desolado, los dedos de Luc
tropezaron con algo exttaño. Palpó, giró con precaución
la cabeza de la joven y luego llamó a un bombero para mostrarle la llaga abierta
más arriba de la nuca. El bombero dijo que probablemente le habrla caído encima
una viga: la mitad del desván se había desplomado. A continuación, Luc montó en
el camión rojo donde hablan extendido a Jean-Claude, el único miembro de la
familia que todavía estaba vivo. El latido de su pulso era débil. Estaba en
pijama. inconsciente, quemado, pero ya fria como un muerto. llegada la
ambulancia, le transportó al Hospital de Ginebra. Era de noche, hacía frío
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