Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

EL TRABAJO DE BORGES


Diálogos, Borges Ferrari, p. 235

-Yo trabajé durante unos nueve años en la Biblioteca Miguel Cané, en Carlos Calvo y Muñiz. Empecé como auxiliar segundo, y luego alguien insistió, quizá demasiado, en que me nombraran auxiliar primero, había una diferencia de treinta pesos, bueno, creo que treinta pesos son imperceptibles ahora, pero en aquel tiempo eran treinta pesos. Entonces, creo que Honorio Pueyrredón era el intendente, y él dijo que muy bien, que me harían auxiliar primero, a condición de no volver a oír mi nombre. Pero creo que, a lo mejor, lo oyó un par de veces después, ¿no? (ríen ambos). En fin, en todo caso, me ascendieron, y yo llegué a ganar -incredibili dictum- doscientos cuarenta pesos mensuales. Pero doscientos cuarenta pesos mensuales no eran desdeñables. Ahora, yo hubiera debido dejar esa biblioteca -era un ambiente asaz mediocre-pero seguí trabajando. No sé si la palabra "trabajando" es exacta; éramos, creo, unos cincuenta empleados, y nos asignaron un trabajo que tenía que ser lento. Yo recuerdo que me dieron libros para clasificar el primer día, y el  manual de Bruselas, que emplea el sistema decimal -el mismo que se usa en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos-. Yo trabajé, y creo que clasifiqué casi ochenta libros -había que simular que se trabajaba cada día-, yo clasifiqué los libros y eso se supo; y, al día siguiente, uno de los compañeros vino a recriminarme, me dijo que eso era una falta de compañerismo, porque ellos se habían fijado un promedio de cuarenta libros para clasificar por día. Ahora, para fines de realismo, esos cuarenta no eran siempre cuarenta; podían ser treinta y nueve, treinta y ocho, cuarenta y uno, para que todo resultara más verosímil, ¿no?, según exige la novela naturalista. Entonces, me dijo que yo no podía seguir así, y yo, al día siguiente, clasifiqué treinta y ocho, para no quedar como presuntuoso.


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