Franco, Julián Casanova, p, 221
A finales de 1941 y comienzos de
1942 había corrido por Madrid el cotilleo de que Serrano Suñer engañaba a su
mujer, Zita, con Sonsoles de Icaza, esposa del teniente coronel de caballería Francisco
de Paula Díez de Rivera, marqués de Llanzol, último capitán de la escolta de
Alfonso XIII. Su hermano Ramón Díez de Rivera, marqués de Huétor de Santillán,
estaba casado con María de la Purificación de Hoces y d'Orticós-Marín, amiga
íntima de Carmen Polo, quien le puso al corriente de todo lo que acontecía en
la residencia de los Llanzol. Los marqueses de Huétor de Santillán vivían en el
mismo edificio que Serrano Suñer y Zita. Franco y doña Carmen presionaron a su
cuñado para que rompiese con su amante, sobre todo cuando la esposa del
Caudillo se enteró en 1942 de que el cuarto hijo que esperaba Sonsoles era de
Serrano Suñer. Fue una niña, bautizada con el nombre de Carmen, que nació en
Madrid el 29 de agosto de ese año. El enredo sentimental de Serrano, que no fue
el único, había dañado, según una fuente estadounidense, «la intimidad en el
seno de la familia Franco». En Londres y Washington se acogió con alivio la
caída de Serrano Suñer y el nombramiento de Gómez-Jordana. Franco no ofreció a
su cuñado la embajada de Roma, que él deseaba, y aunque hasta casi el final de
la segunda guerra mundial Serrano propagó críticas al Gobierno y mostró su
fervor por Falange, dejó la política y recompuso su carrera como abogado.
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