Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

NAPOLITANOS

De A propósito de Majorana, p. 241
Un pequeño altercado llamó mi atención. Un parroquiano con alguna copa de más al parecer había importunado de algún modo a una dama y otro más caballeresco lo había invitado a retirarse. ¿Qué costumbre era aquella que ·tan bien conocía yo de pasarse las horas en una barra, apaleando la conciencia hasta que nos dejase tranquilos, hasta que nos permitiera volver a ser niños por un rato, espíritus sin cuerpo que no sienten el peso de las responsabilidades ni el paso del tiempo? ¿A qué respondía esa necesidad tan antigua? El hecho es que ahí estábamos cumpliendo con el ritual, y sintiendo los dientes ya reblandecidos pensé en los espíritus del gringo Ross, y concluí que se trataba de una de las bromas de la vida, de esas de las que tanto le gusta gastar: mientras ellos querían un cuerpo para poder emborracharlo, los que teníamos uno nos dedicábamos a intoxicarlo hasta olvidamos de su existencia, hasta convertirnos en almas libres que revolotean por el espacio en un tiempo infinito. Era evidente que no formábamos parte de una raza facil de contentar. Al cabo de un momento el gringo se dejó caer en su silla con dos nuevos vasos en las 

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