La inesperada verdad sobre los animales, Lucy Cooke, p. 158
Buffon también se sentía ofendido
por las partes pudendas del murciélago, que parecía haber tomado prestadas de
alguna otra especie, quizá incluso -lo que resultaba bastante alarmante- de la
suya propia: “El pene, que es colgante y fláccido”, anunciaba, “es algo
peculiar del hombre, [y de]los monos.”
Como el conde, también yo me
quedé sorprendida la primera vez que vi el pene de un murciélago. Fue
aproximadamente hace diez años, en un remoto rincón de la Amazonia peruana donde
me había unido al doctor Adrián Tejedor, un investigador cubano especializado
en quirópteros, en la tarea de capturar murciélagos con red de niebla. Ello
requería instalar lo que parecía una red de bádminton muy grande y fina en un
claro de la selva, y luego limitarse a esperar -como las arañas- a que algún
murciélago cayera volando en nuestra trampa (dado que la red era tan fina que
no podían detectarla). Permanecimos sentados durante varias horas entre las
oscuras y bochornosas sombras de la noche con las antorchas apagadas para no
ahuyentar a los murciélagos, un ejercicio de control del aburrimiento digno del
perezoso, aunque recuerdo que durante un rato me entretuve contemplando un
hongo surrealista que brillaba en la oscuridad y que me recordó al tipo de
cosas que de niño pegabas en la pared.
El primer invitado que cayó en la
red fue un ejemplar de la especie Phyllostomus elongatus (o murciélago de lanza
alargado). Adrián se sintió emocionado: hacía nueve años que no veía un ejemplar
de esta especie de murciélago. A mí me impresionó el tamaño del pene, que le
colgaba casi hasta la rodilla y me pareció cualquier cosa menos aerodinámico.
Adrián me informó con cierta frivolidad de que «en los mamíferos la longitud
del pene parece estar relacionada con el grado de promiscuidad de las hembras».
De ser así, las señoras de Phyllostomus elongatus deben de ser auténticas
meretrices, dado que los machos son famosos por lo especialmente prolongado de
sus apéndices. Cuanto más largo es el pene, más posibilidades tienen de
introducir su esperma en la hembra, lo que da ventaja a su simiente sobre la de
sus rivales amorosos.
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