Se podría decir que me ocurrió lo mismo que a Benet cuando, según cierta leyenda, envió a William Faulkner un ejemplar de su última novela. Se dice por ahí que algún tiempo después el ingeniero voló a Estados Unidos resuelto a conocer personalmente a su admirado escritor. Llegó entonces al aeropuerto, alquiló un coche y se dirigió a la casa del creador del condado de Yoknapatawpha. En el camino se detuvo a comprar una botella de bourbon a modo de obsequio. Después condujo hasta el hogar donde ya debía de consumirse Faulkner. Cuenta la tradición oral que Benet pasó más de una hora en el interior del coche, acaso observando la botella sobre el salpicadero, quizá con la mirada en la fachada del edificio.
En el Babelia de El País de hoy, lo cuenta Colomer
1 comentario:
¿Cuándo te ocurrió lo mismo o parecido que se podría decir así? Cuenta, cuenta...
Es broma; simplemente pasaba por aquí a hacerte una visita y me alegra verte como siempre pero a la vez renovado y coloreado. MUy significativo.
Saludos.
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