Te quiero más que a la salvación de mi alma
INCIPIT 84. LOS MISTERIOS DE BARCELONA / JUAN PERUCHO
INCIPIT 83. LA GRAN NOVELA SOBRE BARCELONA / SERGI PAMIES
La chica asustada telefonea al hombre famoso para decirle que tiene que verlo urgentemente. De mala gana -está en el trabajo-, el hombre ojea la agenda y suspira d emanera que se note que le va muy mal quedar. Intenta aplazar la cita hasta pasadas las fiestas, pero cuando la chica le amenaza con llamar a su mujer ya irearlo todo, se ve forzado a encontrar un rato para el día siguiente, víspera de Navidad.
El hombre famoso tiene que mentir a su mujer para justificar la ausencia de dos horas precisamente la víspera de Navidad. Con un gran despliegue de seducción, evita un conflicto matrimonial y, después de darle un beso en la frente, se compromete e volver un cuarto de hora antes de la cena que, como casa año, reúne a toda la familia.
La chica asustada llega pronto al lugar donde suele citarse con el hombre famoso, un aparthotel con el encanto de los edificios impersonales.
INCIPIT 82. EN EL CAFE DE LA JUVENTUD PERDIDA
No llegaba a una hora fija. Podía vérsela ahí sentada por la mañana muy temprano. O se presentaba a eso de las doce de la noche y se quedaba hasta la hora de cerrar. Era el café que más tarde cerraba en el barrio, junto con Le Bouquet y La Pergola, y el que tenía una clientela más peculiar. Ahora que ha pasado el tiempo me pregunto si no era sólo su presencia la que hacía peculiares el local y a las personas que en él había, como si lo hubiera impregnado todo con su perfume.
INCIPIT 81. EL BANDIDO / ROBERT WALSER
INCIPIT 80. DOMINGOS DE AGOSTO / PATRICK MODIANO
INCIPIT 79. DIETARIO VOLUBLE / ENRIQUE VILA.MATAS
Aquí estoy en mi cuarto habitual, donde me parece haber estado siempre. Como en tantas mañanas de mi vida, me encuentro en casa escribiendo. Suena, contundente, la música de Be My Baby, cantada por The Ronettes. Cuando tenía diecisiete años era mi canción favorita. De pronto, oigo perfectamente que alguien acaba de llegar en ascensor al rellano. Pero es extraño. Quien ha llegado no llama a ninguna de las cuatro puertas, ni se dispone a abrir ninguna de ellas. Es como si se hubiese quedado indeciso, aturdido o simplemente inmóvil ahí. Llevo tantos años en esta casa que controlo muy bien los sonidos que se producen cerca de mi puerta. Pasan casi dos minutos hasta que, exactamente cuando termina la canción, llaman a mi timbre. Abro. Veo a un hombre de parecida edad a la mía. Es el mensajero de una editorial y ha venido para entregarme un libro. Me lo da y le firmo en un papel. “Las Ronettes...”, susurra melancólico el hombre. “Me ponen de buen humor”, le comento sin mostrarme sorprendido –aunque lo
INCIPIT 78. PARA ACABAR CON LOS NUMEROS REDONDOS / ENRIQUE VILA-MATAS
INCIPIT 77. UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD / PAUL AUSTER
Luz radiante, y luego oscuridad. El sol fulgurando por todos los rincones del cielo, seguido de la negrura de la noche, el silencio de las estrellas, el viento que agita las ramas. Ésa es la monotonía diaria. Llevo viviendo más de un año en esta casa, desde que me dieron de alta en el hospital. Miriam insistió en que viniera, y al principio estábamos los dos solos, junto con la enfermera que me cuidaba durante el día cuando mi hija se iba a trabajar. Luego, tres meses
INCIPIT 76. NOVELA DE AJEDREZ / STEFAN ZWEIG
INCIPIT 75. EL CAMINO DEL TABACO / ERSKINE CALDWELL
INCIPIT 74. SANGRE SABIA / FLANNERY O'CONNOR
Hazel Motes estaba sentado en el asiento de felpa verde con el cuerpo echado hacia delante. Unas veces miraba por la ventanilla, como si quisiera saltar fuera, y otras a lo largo del pasillo, hacia el fondo del coche. El tren corría por entre las copas de los árboles que se apartaban a su paso y mostraban entre los claros al sol fijo, muy rojo, sobre los bosques lejanos. Más cerca, las tierras de labor se ondulabany agostaban bajo el sol, y uno spocos cerdos, hociqueando entre los surcos, parecían grandes piedras manchadas. La señora Wally Bee Hitchock, que estaba sentada frente a Motes, dijo que en su opinión un atardecer como aquél era el momento mñas hermoso del día, y le preguntó si no pensaba igual. La señora Hitchcok era una mujer gorda, que llevaba un traje con cuello y puños de color de rosa, y cuyas piernas, en forma de pera, colgaban del asiento sin llegar al suelo.
Haze la miró durante un segundo y, sin contestarle, se inclinó de nuevo hacia delante y fijó su vista
INCIPIT 73. LA PUERTA / MAGDA SZABO
INCIPIT 72 / VIDA, REPRESENTACION Y MUERTE DE LUL MAZREKU / ISMAIL KADARE
Prólogo
INCIPIT 71. EL DUELO / ANTON P. CHEJOV
INCIPT 7O. HORAS VENECIANAS / HENRY JAMES
INCIPIT 69. CARNE DE PIXEL / AGUSTIN FERNANDEZ MALLO
INCIPIT 68. LA INVENCION DE LA SOLEDAD / PAUL AUSTER
INCIPIT 67. EL VIENTO LIGERO EN PARMA / ENRIQUE VILA-MATAS
Gombrowicz posaba con una gorra, muy altivo en lo alto de lo que parecía un carruaje, en Tandil, Argentina. Tenía lo que yo entendía que había que tener, un arrogante rostro de persona inteligente. Aún no sabía que él había escrito: "Cuanto más inteligente se es, más estúpido".
Aún no sabía esto ni otras muchas cosas, pero me pareció intuir que en la entrevista Gombrowicz decía cosas geniales o enrevesadas. Las frases enrevesadas acabaron pareciéndome incluso mejores que las geniales. Quiero ser como él, pensé inmediatamente. No quería ser como Juan Benet o Sánchez Ferlosio. Quería ser un escritor no-español, y a ser posible raro y del país más extraño que encontrara. Y cuando fuera maduro, quería escribir sobre la inmadurez, como Gombrowicz, y tener un rostro tan orgulloso como él. Como digo, fue un amor a primera vista a través de una fotografía y de unas palabras dichas en una entrevista que leí apresuradamente. Un comienzo de enamoramiento algo ridículo. Claro está que es bien evidente que siempre por algo se empieza. Del mismo modo que —otra evidencia— el amor es ciego. De repente, todo lo de Gombrowicz empezó a parecerme fascinante. Pero la irradiación del encanto, durante mucho tiempo, provino sólo del espacio de
INCIPIT 66./ UNA NOVELITA LUMPEN / ROBERTO BOLAÑO
INCIPIT 66 / LA GOTA DE ORO / MICHEL TOURNIER
INCIPIT 65. CRONICA DE PIEDRA / ISMAIL KADARE
Era una ciudad sorprendente que, como un ser prehistórico, parecía haber surgido bruscamente en el valle en una noche de invierno para escalar penosamente la falda de la montaña. Todo en ella era viejo y pétreo, desde las calles y las fuentes hasta los tejados de sus soberbias casas seculares, cubiertos de losas de piedra gris semejantes a escamas gigantescas. Resultaba difícil creer que bajo aquella formidable coraza subsistiera y se renovara la carne tierna de la vida.
Al viajero que la veí apor primera vez, la ciudad le despertaba el impulso de establecer una comparación, pero acto seguido, tras hacerle caer en la trampa, ella rechazaba la semejanza, pues era una ciudad que no se parecía a nada. Soportaba tan fugazmente las comparaciones como las lluvias, como el granizo, como el arco iris o las multicolores banderas extranjeras que desaparecían de sus tejados del mismo modo que lleganan, tan efímeras e irreales como perdurable y concreta era ella.
Era un ciudad empinada, quizá la más empinada del mundo, que había desafiado todas las leyes arquitectónicas
INCIPIT 64. / VIERNES O LOS LIMBOS DEL PACIFICO
PREFACIO
Con la precisión de una plomada, el fanal suspendido del techo medía ocn sus oscilaciones la dimensión de los bandazos que daba el Virginia, bajo un oleaje cada vez más intenso. El capitán Pieter Van Deyssel se sobló sobre su tripa para dejar el juego de tarot ante Robinson:
-Cortad y volved a la primera carta- le dijo. Luego se derrumbó oómodamente en su sillón y aspiró una bocanada de su pipa de porcelana.
-Es el demiurgo -comentó-. Uno de los tresa arcanos mayores fundamentales. Representa un juglar ante una mesa cubierta de extraños objetos. Eso significa que hay en vos un organizador. Un organizador qu elucha contra un universo desordenado y que se esfuerza por dominar con resursos improvisados. parece que puede conseguirlo, peor no olvidemos que ese demiurgo es también bufón: su obra es ilusión, su orden ilusorio. Desgraciadamente, lo ignora; el escepticismo no es su fuerte.
Un choque sordo sacudió al navío al tiempo que el fanal formaba un ángulo de 45 grados en el techo. Una repentina orzada había situado al Virginia prácticamente a la cuadra, y una ola acababa de derrumbarse sobre el puente con un ruido similar al estampido de un cañonazo. Robinson dio la vuelta
INCIPIT 63. EL TRAJE DE LOS DOMINGOS / ENRIQUE VILA--MATAS
(Cuento de navidad)
LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA A EXAMEN
No País de onte publicouse un artigo sobre as universidades españolas. Recolle os datos da revista Popular Science, dos que facemos unha breve nota.
"La valía de un investigador se mide por los artículos que consigue publicar en las revistas científicas. Aplicando el mismo criterio a las facultades de ciencias españolas, la Universidad de Barcelona ocupa el primer puesto de la clasificación entre los centros de educación superior. Le siguen la Complutense (Madrid) y la Autónoma de Barcelona." "Estos datos han sido elaborados por la revista Popular Science, y recogidos en la web del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación."
JAMESIANA 33
INCIPT 62. EL PROYECTO BRONTE / JENNIFER VANDEVER
En cualquier caso, hasta en la más generosa de las predicciones, el destino tiene mucho que decir. Romeo y Julieta se conocieron un domingo y el jueves estaban muertos. Este era un hecho que Sara había descubierto en un seminario académico. "El amor y el tiempo en
YO
Pedro Incio Piñeiro nació en La Coruña el 18 de junio de 1959 coincidiendo con la primera huelga general pacífica celebrada en España desde 1936 (con escaso éxito, la huelga, no el nacimiento). Hijo de Pedro I, de profesión marinero, mecánico, chauffer, y de Nicolasa, pescantina. Después de unos interesantes estudios de Bachillerato se licenció en Geografía e Historia, especialidad de Historia de América, por la Universidad Central de Barcelona; posteriormente se licenció en la especialidad de Historia del Arte Moderno y Contemporáneo por la Universidad de Santiago de Compostela. Se recibió de bibliotecario y opositó con éxito a una plaza de la Escala de Ayudantes de Archivos, Bibliotecas y Museos de la Universidad de Santiago. En la actualidad desarrolla sus labores profesionales como Jefe de la Sección de Información y Coordinación del Servicio de Bibliotecas de la Universade da Coruña. Está felizmente casado y tiene tres hijos: Víctor, Cristina y Pedro III.
INCIPIT 61. TRES CANTOS FUNEBRES POR KOSOVO / ISMAIL KADARE
INCIPT 60. LA EDUACION DE OSCAR FAIRFAX / LOUIS AUCHINCLOSS
El retrato que hizo Sargent de mi padre -pintado cuando yo tenía diez años, en 1905-, que cuelga todavía en el vestíbulo principal de la Colonial Art Gallery, de cuyo consejo él fue miembro muchos años, podría considerarse la imagen ideal del aristócrata americano de su época. En caso de que hubiera habido alguno. De hecho, ésa debió de ser la pregunta que se hacía el artista. Aunque el famoso retrato transoceáncio que Sargent hizo de Lord Ribblesdale -quien, aunque dotado del porte majestuoso de un ministro, decidió posar como el señor de Buckhounds- representa la seguridad absoluta de un terrateniente, el maestro de las fisonomías eligió impregnar el de mi padre con un ligero toque de autoreprobación.
Lionel Faurfax, alto y delgado, aparece sentado con un aire de relajación controlada en un bergère Luis XV, vestido con un traje ligero de tonos acordes con el cabello prematuramente gris del modelo y el blanco nacarado de sus apacibles y curiosos ojos. Con una mano está sujetando un libro encuadernado en tafilete, el dedo índice entre las páginas como si el pintor hubiese interrumpido -interrupción