Dámaso López [ en su “Introducción” a El agente secreto] descubre, sin embargo, un a excepción singular en ese páramo creativo español, al referirse a la huella –profunda en su opinión- que Conrad dejó en un escritor que, a primera vista, no parece especialmente conradiano, Juan Benet. López realiza una minuciosa, aunque breve, incursión crítica en la obra de JB y va encontrando aquí y allá ecos, especialmente de El corazón de la tinieblas. Se refiere este crítico, en concreto, a un pasaje de la obra Saúl ante Samuel, en la que percibe un eco del tipo de comunicación escueta y telegráfica del la muerte de Kurtz (“Señor Kurtz, él muerto”), así como el clima general que envuelve toda la saga de Región: “la de que la tierra violentada concluye imponiendo sus leyes y su venganza sobre quienes se atrevan a molestarla, y que constituye la idea central –o una de las ideas centrales- de El corazón de las tinieblas”.
En el cuento “De lejos”, en el que aparece un personaje llamado curiosamente Conrado Blaer, se percibe también –dice Dámaso López- un eco de la figura del propio Kurzt, así como una reflexión sobre varios de los temas que aborda El corazón de las tinieblas (el poder, el destino de las empresas humanas, la muerte), e incluso se aprecian referencias muy directas al lenguaje conradiano en su obra: a Conrado Blaer se le llama “aventurero de papier maché”, que inevitablemente recuerda el “Mefistófeles de papier maché” (Mefistófeles de cartón piedra) de El corazón de las tinieblas. Hay asimismo, otros ecos, más lejanos, quizás, de novelas como La línea de sombra, Lord Jim o Tifón, en una de las pocas narraciones marítimas de JB: “Sub rosa”, así como recursos y personajes análogos en diversos títulos benetianos. En todo caso, este ejemplo de JB parece ser una excepción en la literatura española, o la menos debe constatarse que el reflejo que pueda haber existido no ha sido aún explorado por la crítica literaria española.
Introducción a El corazón de las tinieblas. Madrid: Cátedra, 2005. p.105
En el cuento “De lejos”, en el que aparece un personaje llamado curiosamente Conrado Blaer, se percibe también –dice Dámaso López- un eco de la figura del propio Kurzt, así como una reflexión sobre varios de los temas que aborda El corazón de las tinieblas (el poder, el destino de las empresas humanas, la muerte), e incluso se aprecian referencias muy directas al lenguaje conradiano en su obra: a Conrado Blaer se le llama “aventurero de papier maché”, que inevitablemente recuerda el “Mefistófeles de papier maché” (Mefistófeles de cartón piedra) de El corazón de las tinieblas. Hay asimismo, otros ecos, más lejanos, quizás, de novelas como La línea de sombra, Lord Jim o Tifón, en una de las pocas narraciones marítimas de JB: “Sub rosa”, así como recursos y personajes análogos en diversos títulos benetianos. En todo caso, este ejemplo de JB parece ser una excepción en la literatura española, o la menos debe constatarse que el reflejo que pueda haber existido no ha sido aún explorado por la crítica literaria española.
Introducción a El corazón de las tinieblas. Madrid: Cátedra, 2005. p.105
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