2006 - A MODO DE INTRODUCCIÓN
Habían ido en coche a la ciudad
desde el castillo, y Keith Nearing caminó por las calles de Montale, Italia,
del coche al bar, en el crepúsculo, flanqueado por dos rubias de veinte años,
Lily y Scheherazade...
Ésta es la historia de un trauma
sexual. No fue a una edad tierna cuando le sucedió. Desde todo punto de vista,
era ya un adulto; y consintió: consintió totalmente. ¿Es trauma realmente la
palabra que queremos (del griego «herida»)? Porque su herida, cuando llegó, no
le dolió en absoluto. Fue lo opuesto sensorial de una tortura. Ella gravitó
sobre él desvestida e inerme, con las pinzas de la dicha: los labios, las yemas
de los dedos. Tortura: del latín torquere, «torcer». Era lo opuesto a la
tortura, aunque «retorcía». Lo destruyó durante veinte años.
Cuando era joven, a la gente que
era estúpida, o estaba loca, la llamaban estúpida, o loca. Pero actualmente
(ahora que era viejo) los estúpidos y los locos recibían nombres especiales
derivados de aquello que les aquejaba. Y Keith quería uno. También él era un
estúpido o un loco, y también quería uno: un nombre especial derivado de lo que
le aquejaba a él.

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