El loco de Dios en el fin del mundo, Javier Cercas, p.356
-Se dice a menudo que en
Occidente evitamos hablar de la muerte, que no queremos saber nada de ella
-comenta-. Y es verdad. Pero eso no es privativo de nuestra cultura; aquí
ocurre mucho más. En Mongolia, a los muertos ni siquiera les llaman «muertos».
De una persona que ha muerto se dice que ya no está, o que se ha marchado: la
palabra mongola es ungursun. También se dice de los muertos que se han
convertido en Dios: burkhan bolson, se dice. Aquí, la muerte es un tabú ...
Aunque ahora por lo menos a los muertos se les dedica una ceremonia y se los
entierra. Antes era distinto: antes se los subía a las montañas y se los
abandonaba allí, porque las montañas estaban cerca del Tenger Burhan, del Dios
del Cielo.
Le pregunto si ésa era una
tradición chamánica.
-Más o menos. Los pájaros se
comían el cadáver, que así ascendía al cielo y se reunía con Dios. Era una tradición
muy antigua, la abolieron en 1945, pero yo todavía he visto un funeral de esa
clase ... Ahora también llevan los muertos a las montañas, pero los entierran,
siempre de cara al sol, eso sí, para que las tumbas estén iluminadas ... Lo que
no hacen es enterrarlos en el cementerio: según ellos, los cementerios están
llenos de espíritus y los espíritus nunca se sabe cómo son, de manera que es
mejor mantenerlos a distancia.

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