Cuando un coleccionista tiene entre las manos un ejemplar de un libro raro, largo tiempo deseado, y se apresta a cualquier forma de colación, a menudo tiembla ante la siguiente alternativa: o su ejemplar concuerda con las descripciones de los catálogos más acreditados (y es un triunfo) o aparece carente de algo (y surge la desesperación). En raras ocasiones el desconsuelo se tiñe de una tenue esperanza, si, por ejemplo, la falta de una lámina puede suplirse consiguiendo una made-up copy que satisfaga, si no los criterios de perfección, sí al menos los de plenitud.
Pero hay una tercera posibilidad:
que el ejemplar aparezca incompleto y los catálogos no coincidan en cuanto a
los criterios de totalidad, y hasta las colaciones más afortunadas ofrezcan
resultados diversos.

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