Beth Hamishpath, audiencia
pública, estas palabras que el ujier gritó a todo pulmón, para anunciar la
llegada de los tres magistrados, nos impulsaron a ponernos en pie de un salto,
en el mismo instante en que los jueces, con Ia cabeza descubierta, ataviados
con negras togas, penetraron por una puerta lateral en Ia sala y se sentaron
tras la mesa situada en el alto estrado. La mesa es larga, a uno y otro extremo
se sientan los taquígrafos oficiales, y, dentro de poco, quedará cubierta por
innumerables libros y más de quinientos documentos. A un nivel inmediato
inferior al del tribunal se encuentran los traductores, cuyos servicios se
emplearán para permitir la directa .comunicación entre el acusado, o su
defensor, y el tribunal. Además, el acusado y su defensor, que hablan el
alemán, al igual que casi todos los presentes, seguirán las incidencias del
juicio en lengua hebrea a través de la traducción simultánea por radio, que es
excelente en francés, aceptable en inglés, y desastrosa, a veces
incomprensible, en alemán.
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