Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

INCIPIT 256. INFANCIA EN BERLIN HACIA 1900 / WALTER BENJAMIN

Tiergarden
Importa poco no saber orientarse en una ciudad. Perderse en cambio, en una ciudad, como quien se pierde en el bosque requiere aprendizaje. Los rótulos de las calles deben entonces hablar al que va errando como el crujir de las ramas secas, y las callejuelas de los barrios céntricos reflejarle las horas del día tan claramente como las hondonadas del monte. Este arte lo aprendí tarde cumpliéndose así el suño del que los laberintos sobre el papel secante de mis cuadernos fueron los primeros rastros. No, no los primeros, pues antes hubo uno que ha perdurado. El camino a este laberinto, que no carecía de su Ariadna, iba por el Puente de Befldler cuyo suave arco signifia para mí la primera ladera. A su pie, no lejos se encontraba la meta: Federico Guillermo y la reina Luisa. En sus pedestales redondos se erguían sobre las terrazas como encantados por mágicas curvas que una corriente de agua, delante de ellos dibuja e la arena. Sin embargo me gusta más ocuparme de los basamentos que no de los soberanos porque lo que sucedía en

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