En la ciudad de los encuentros, la Bagdad de Occidente, y, para ser más preciso, en la maplia acera norte de Leicester Square, se encontraron dos jóvenes de veinticinco o veintiseis años que no se habían visto desde hacía mucho tiempo. El primero, de aire elegante y vestido a la última. titubeó antes de reconocer a su amigo, tan raído y pobre lo veía.
-¡Pero si es Paul Somerset¡-exclamó.
-Sí, Paul Somerset -contestó el otro- o lo que queda de él después de un amerecida experiencia de pobreza y abogacía.Pero usted, Challoner, no ha cambiado en nada, y puede decirse, sin exagerar que el tiempo no le ha dejado una sola arruga en la frente serena.
2 comentarios:
Tengo una curiosa fijación por Leicester Square desde la primera vez que visité Londres. Me parece que efectivamente allí puede estar el Aleph de Borges y el mismísismo centro del mundo.
Un consejo para el autor de este blog: demore un poco las entradas ya que si hay tantas consecutivas dificulta mucho su lectura.
Gracia spor el consejo; pero cuaestionés logísticas me han obligado a mandar tantas cosas.
Lea Londres del gran Henry james o Londres victoriano del no menos grande -bueno, un poco menos sí- Juan Benet
PI
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