De Magma, de Lars Iyer
A veces piensa que se debe a que soy de clase
trabajadora. No puedo sobreponerme a la idea de que alguien me esté escuchando
de verdad, dice W., de que yo tenga un público. Lo cual, si se piensa en ello,
es bastante insólito. Pienso que estoy hablando ante gente mejor que yo, más refinada. Lo cual, naturalmente, casi
siempre es cierto. W. dice que los odio y los amo; que únicamente deseo su
aprobación, aunque al mismo tiempo no la deseo; que eso es lo último que deseo.
W. tiene sus momentos patéticos,
admite. A veces percibe cómo el Schwärmerei se eleva en su pecho. A veces su
voz comienza a ascender en decibelios. Pero como sabe que yo vaya continuación, ¿quién notará sus excesos
entonces? Yo hago que la gente del público se estremezca, dice. Provoco que se
muevan con nerviosismo debido a un horror involuntario. ¡Todo ese Schwärmerei ¡Todo
ese pathos!
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