De Cartas escogidas de William Faulkner, p. 388
Pero estoy más convencido que nunca de que esto no es para mí. Insistiré hasta el final: nada de fotografías, nada de documentos grabados. Mi ambición, como individuo privado, es ser abolido y anulado de la historia, dejándola sin huella, nada de basura, salvo los libros impresos; quisiera haber tenido suficientes facultades hace treinta años para ver el futuro y, como algunos de los isabelinos, no firmarlos. Mi deseo, al que se dirigen todos mis esfuerzos, es que el resumen y la historia de mi vida, y a la vez mi obituario y mi epitafio, sea: Escribió los libros y murió.
Pero todavía te debo una borrachera
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