Cita de Eduardo Lago en Chet Baker piensa en su arte de E Vila-Matas, p.279
Finnegans Wake es como si después del sí que cierra Ulises hubiera caído sobre el mundo la noche de los tiempos. Molly Bloom y todos los personajes que recorrieron Dublín durante 24 horas se han quedado dormidos, mientras sobre el mundo desciende la neblina del sueño. Fuera del texto del Ulysses se escuchan ecos que buscan reunirse en un nuevo libro. El efecto de Finnegans Wake es como si se hubieran condensado en sus páginas todo lo que se habla en todas las tabernas, en las redacciones de los periódicos, en las alcohas y en los cementerios de Dublín, tal y como lo reciclan los dublineses mientras sueñan. La ciudad dormida es evocada en un sueño que es propiedad de una colectividad de soñadores, cuyos sueños saltan de un lecho a otro sin que nadie se despierte. Insomne, Joyce atrapa fragmentos de sueño con un cazamariposas, clavando en las páginas del libro el eco de canciones chistes, chismorreos, falsedades, historias, disquisiciones académicas y discursos retóricos. Se provoca así un movimiento dirigido a la consecución de una serie de imposibles, como comunicar el silencio a través de baladas.
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