LABRAZ
De un cabo, la cerca el río,
y del otro, la atalaya;
del otro, catorce cubos;
del otro, la barbacana
(Romancero de Labraz)
Una tarde de agosto fui a visitiar Labraz, pueblo de la antigua Cantabria.. Me habían dicho que era una ciudad agonizante, una ciudad moribunda, y mi espírutu, entonces deprimido por la amraga tristeza que deja el fracaso de los ensueños románticos, querçia recrearse con la desolación profunda de un pueblo casi muerto.
La ciudad apareció a lo lejos, con su caserío agrupado en la falda de una colina, destacándose en el cielo con color amarillento, con traza humilde y triste; algunas torres altas y negruzas se perfilaban enhiestas entre la masa parda de sus tejidos torcidos y roñosos.
Fui acercándome a Labraz por una carretera empinadísima, llena de pedruscos, que subía primero y rodeaba
1 comentario:
Qué grande Baroja.
Este no lo he leído, habrá que conseguirlo para ver qué opinion le mercen los cantabrucos.
Un saludo.
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