FRANCISCO FRANCO, LLAMADO EL CAUDILLO
RÉQUIEM
A las 14.15 horas del domingo 23
de noviembre de 1975 una losa de granito de 1.500 kilos cubrió la fosa
preparada para dar sepultura al Caudillo en la basílica de la Santa Cruz del
Valle de los Caídos, junto a la tumba de José Antonio Primo de Rivera.
El NO-DO y TVE inmortalizaron
esos tres días con imágenes y sonidos de la época. Cuando se conoció la noticia
del fallecimiento, las banderas ondearon a media asta en todos los edificios
públicos. Hubo luto oficial durante treinta días. Se suspendieron todas las
clases y actividades académicas en los centros docentes, los espectáculos y
actos públicos, las bolsas y las operaciones bancarias con moneda extranjera.
Los diarios lanzaron varias ediciones. En las tiendas de confección de Madrid
se agotaron las existencias de corbatas negras. A media mañana del 20 de
noviembre, el féretro que contenía el cuerpo de Franco fue trasladado desde la
Residencia Sanitaria de La Paz hasta el palacio de El Pardo. El cadáver, vestido
con su uniforme de capitán general, fue velado de manera privada por su viuda,
su hija y sus nietos, miembros del Consejo de Regencia, el presidente del
Gobierno y los príncipes de España. Destacaba su cabeza embalsamada, el rostro
sereno de un anciano, con las manos cubiertas con guantes blancos.
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