Franco, Julián Casanova, p. 188
Y los consumidores, ricos y pobres,
tuvieron que tomar el mismo camino ilegal para comprar lo más básico -el pan,
aceite o leche- o, en el caso de quienes poseían más dinero, para no prescindir
de otros alimentos menos necesarios. Mientras que casi todos los ciudadanos
trapicheaban en el mercado negro para saciar el hambre, arriesgándose también a
duros castigos si les cogían, los grandes estraperlistas, entre quienes se
encontraban políticos, militares y funcionarios del Estado franquista, personas
protegidas por el poder, hicieron enormes fortunas. La influencia política daba
grandes beneficios a terratenientes, industriales e intermediarios que
conseguían evadir las normas de los organismos de intervención u obtenían
pedidos extraordinarios del propio Estado. Franco anunció en junio de 1939 una
política de autarquía basada en el modelo fascista. Sus primeros gobiernos
congelaron los gastos en obras públicas, sanidad y vivienda. El dinero se
invirtió en pagar la victoria que habían financiado con créditos. La
transformación de una economía de guerra en una economía de mercado tardó más
de una década.
No hay comentarios:
Publicar un comentario