Un experto en Wittgenstein señala
que aunque el filósofo no era "una persona religiosa», había en él,
"en cierto sentido, la posibilidad de religión»; pero su idea de ella era menos
la creencia en un creador que un sentimiento de pecado y un deseo de juicio.
Pensaba que «la vida puede enseñarte a creer en Dios»: es una de sus últimas
notas. También se imaginaba respondiendo a la pregunta de si sobreviviría o no
a la muerte, y contestaba que no podía decirlo: no por las razones que tú o yo
podríamos aducir, sino porque «no tengo una idea clara de lo que estoy diciendo
cuando digo "No dejo de existir"». No creo que muchos de nosotros lo
sepamos, salvo los fundamentalistas y los que se inmolan esperando recompensas
muy concretas. No obstante, seguramente está más a nuestro alcance entender lo
que esto significa que lo que podría dar a entender.
Te quiero más que a la salvación de mi alma
Wittgenstein
Wittgenstein trabajaba de
profesor en varios pueblos remotos de la baja Austria. Los lugareños le
consideraban austero y excéntrico, pero entregado a sus alumnos; además, a
pesar de sus propias dudas religiosas, estaba dispuesto a empezar y acabar cada
día lectivo con el padrenuestro. Cuando enseñaba en Trattenbach, llevó a sus alumnos
a una excursión escolar a Viena. Como la estación más cercana se encontraba en
Gloggnitz, a unos veinte kilómetros, la excursión comenzó con una caminata
pedagógica a través del bosque que había entre las dos localidades, y pidió a
los niños que identificaran las plantas y las piedras que habían estudiado en
clase. En Viena pasaron dos días haciendo lo mismo con muestras de arquitectura
y tecnología. Después tomaron el tren de regreso a Gloggnitz.Cuando llegaron
anochecía. Emprendieron la caminata de veinte
kilómetros. Wittgenstein, intuyendo que muchos de los alumnos estaban
asustados, iba de uno a otro, diciendo en voz baja: "i Tienes miedo? Pues
entonces sólo tienes que pensar en Dios.» Estaban, literalmente, en un bosque
oscuro. ¡Vamos, cree! No pierdes nada. Y así era, en teoría. Un Dios
inexistente al menos te protegerá de los inexistentes elfos, duendecillos y
demonios del bosque, aunque no de los lobos y osos (y leonas) existentes.
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