«La fábrica da la visión exacta de la coexistencia de los intereses sociales: la solidaridad del trabajo. El individuo se acostumbra en ella a tomar conciencia de que forma parte de un proceso productivo, de que es una pieza indispensable, tan necesaria como insuficiente. En este sentido es la más perfecta escuela de orgullo y de humildad. Siempre me acordaré de la impresión que me causaron los obreros cuando tuve ocasión de visitar las fábricas Fiat, uno de los establecimientos anglosajones, modernos y capitalistas que hay en Italia. Sentí en estos obreros una actitud de dominio, una seguridad sin pose, un menosprecio por toda forma de diletantismo. El hombre que vive en una fábrica tiene la dignidad de! trabajo, el hábito del sacrificio y de la fatiga. Es un ritmo de vida basado severamente en el sentimiento de la tolerancia y de la interdependencia, que habitúa a la puntualidad, al rigor y a la continuidad. Estas virtudes del capitalismo tienen un aroma de árida ascesis; sin embargo, en compensación, el sufrimiento contenido alimenta, por exasperación, el coraje de luchar y el instinto de la defensa política.»
Piero Gobetti, citado por Josep Pla en "Cartas de Italia"
1 comentario:
Debe ser que casi no hay proletarios ya, ni fábricas, que ya no existe el coraje de luchar ni el instinto de defensa política.
Un saludo
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