"Inspiración y estilo vienen a ser dos cosas prácticamente compenetrables e identificables. La inspiración dicta, Este dictado se siente como algo ineluctable, algo revelado. Tal como viene hay que ponerlo en el papel. Para que esa inspiración sea verdaderamente válida, hay que reconocer que dicta en un estilo determinado que además, predetermina el estilo venidero; eso es muy evidente en las composiciones líricas, que por lo general siempre tienen un verso inspirado. Pero la inspiración dicta poco, y hay que completar ese dictado escaso con un relleno que ya no es tan inspirado, hay que darle redondez y componer." (p.69)
"En cambio el poeta es como el ser natural (un animal, una planta) que usa la naturaleza envolviéndola sin tratar de inteligirla. El poeta utiliza la lengua totalmente y la entiende más que el lingüista. Cuando viene una revolución del lenguaje la hace el poeta. Por eso la única actividad culta es la suya. Lo demás son probablemente aprovechamientos epifenoménicos de la cultura." (p.101)
"La creación literaria en primer lugar es un qué, derivado de una compulsión, un acto casi fisiológico; pero ese qué, para desarrollarse y tomar forma, necesita un cómo, que probablemente la tradición cultural da como negativo o como positivo, tanto inscribiéndole en las normas propias, como ordenándole: "esas normas no son válidas, invéntate otras". Pero eso es el segundo tiempo de la creación literaria; el primero nace de la experiencia propia y de la insatisfacción que produce una vida que está necesitada de creación, y a la que sólo esa creación puede dar sentido." (p.148)
"... desde el momento que carezco de inspiración para escribir, nada puede decidirme a hacerlo, Pero no podemos intentar explicarlo. Siempre me pareció que preocuparse por las causas de estos fenómenos y tratar de psicoanalizarlas es superfluo. A pesar de todo el fenómeno se produce. Cualquier día, cuando Ud, va paseando por la calle, por ejemplo, o cuando está leyendo algo, o en cualquier otra situación..." (p.196)
"Así son las cosas. Uno las programa y las dice, y cree seguirlas, pero los libros también tienen su autonomía y dictan sus leyes" (p.255) "
Sí, en un momento dado, esa obra dicta su equilibrio. Aquí necesito un diálogo, aquí acorto, aquí alargo" (p.256)
1 comentario:
Impresionante, como todo lo que se nos dice de Juan Benet.
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