EL NACIMIENTO DEL DIALOGO
Unos quinientos años antes de la era cristiana se dio en la Magna Grecia la mejor cosa que registra la historia universal: el descubrimiento del diálogo. La fe, la certidumbre, los dogmas, los anatemas, las plegarias, las prohibiciones, las órdenes, los tabúes, las tiranías, las guerras y las glorias abrumaban el orbe; algunos griegos contrajeron, nunca sabremos cómo, la singular costumbre de conversar. Dudaron, persuadieron, disintieron, cambiaron de opinión, aplazaron. Acaso los ayudó su mitología, que era, como el Shinto, un conjunto de fábulas imprecisas y de cosmogonía variables. Esas fábulas dispersas fueron la primera raíz de lo que llamamos, no sin pompa, la metafísica. Sin esos pocos griegos conversadores la cultura occidental es inconcebible
Jorge Luis Borges 12 de octubre de 1985
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