Animales difíciles, Rosa Montero, p. 300
Mira, durante mi largo destierro
en la existencia, cuando todos los años eran el mismo túnel y todos los sentimientos
una congoja interminable, recordé muchas veces un poema de Jorge Luis Borges,
un escritor muy famoso del siglo XX. Se titula «El remordimiento » y dice así,
me lo sé de memoria ...
Yiannis tomó aire, se recostó en
el sillón y comenzó a recitar con lenta sonoridad:
- He cometido el peor de los
pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del
olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. Mis padres me engendraron para
el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el
fuego. Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se
aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. Me legaron
valor. No fui valiente. No me abandona. Siempre está a mi lado la sombra de
haber sido un desdichado.
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