Te quiero más que a la salvación de mi alma

Te quiero más que a la salvación de mi alma
Catalina en Abismos de pasión de Luis Buñuel

CAPOTE MUERE


Truman Capote, George Plimpton, p. 528

Seguimos hablando, y riendo, y rememorando los buenos tiempos. Empezó a ponerse pálido otra vez, y su pulso -que estuve controlando durante todo ese tiempo- empezó a desvanecerse de nuevo. Por alguna razón, empecé a llorar, porque había una posibilidad real de que se estuviera muriendo. Le dije: «Truman, no puedo dejar que hagas esto. No puedo soportarlo». Y entonces fue cuando dijo: «Si no puedes soportarlo, piensa que me he ido a China. Allí no hay teléfonos ni servicio de correos».

Dijo: «Tengo frío. Abrázame». Tenía una manta por encima, pero yo lo rodeé con mis brazos, y estaba medio tumbado, y yo estaba sollozando, y él seguía hablando, aunque muy bajito, y yo lloraba y le decía lo mucho que lo quería, y cuánto significaba para mí, y que siempre estaría en mi corazón, y él dijo: «Mamá». Lo dijo tres veces, y yo estaba abrazándolo, y como acunándolo. Le dije: «Está bien, todo va a ir bien, todo va a ir bien ... », y como lo estaba acunando, y diciéndole que todo iba a ir bien durante mucho rato, realmente no sé cuándo se fue. Mi mejilla estaba contra su mejilla, y no me di cuenta hasta que la temperatura empezó a cambiar en mi piel. Me di cuenta de que ya no irradiaba calor. Supe que ya no estaba allí.


No hay comentarios:

WIKIPEDIA

Todo el saber universal a tu alcance en mi enciclopedia mundial: Pinciopedia